Un tiroteo en la escuela, un suicidio, una escena de sexo, consumo de alcohol y juegos de video son algunos de los ingredientes en los primeros 20 minutos de la película Para Salvar Una Vida "To Save a Life"No transcurre mucho tiempo antes de darse cuenta que este no el el típico filme "cristiano"
En el pasado las producciones "cristianas" realizadas generalmente el los Estados Unidos se han caracterizado por estar dirigidas a un grupo limitado compuesto por una audiencia que espera encontrar películas aptas para toda la familia.
Desde los temas del fin del mundo que comenzaron a mediados de los años 70's hasta los clásicos de libros llevados a la pantalla grande y últimamente películas como A Prueba de Fuego "Fireproof", Fe como papas "Faith Like Potators", etc...
El cine cristiano ha sido muy predecible, mono temático e irrelevante para una cultura que desprecia cualquier tono moralista o religioso.
Para Jake, las cosas marchan bien hasta el último año de secundaria, cuando Roger entra al colegio y se suicida en un pasillo lleno de testigos. Jake se defiende ignorando la situación, pero una pelea con su novia y la presión de su padre autoritario lo llevan a hacerse serias preguntas sobre la vida que lleva. Cuando los policías dañan la fiesta de cervezas y su novia se van en su camioneta, Jake llama a su al pastor de jóvenes para que lo lleve a casa. Es entonces que comienzan la conversación sobre la fe y el significado de la vida.
No, no es que Jake se convierta al cristianismo en seguida. Pero la semilla de duda en cuanto a la superficialidad de su existencia basada en el "basketball y la cerveza" lo llevan a chequear la iglesia y a cambiar algunas de sus decisiones.
Lo mas placentero de la película "para Salvar una Vida" es que de verdad se siente como si una historia genuina se estuviera contando, en lugar del usual intento cristiano para hacer un filme donde los personajes pasan una hora completa tejiendo lo que al final termina siendo otra lección de escuela dominical que se dictaría el domingo en una iglesia.
El actor principal Randy Wanyne (Jake Taylor) y su novia Amy Biggs (Deja Kreutzberg) realmente actúan como adolescentes que uno conocería en una escuela secundaria. Amigables y enérgicos, aun salen de fiesta, mantienen relaciones sexuales casualmente los fines de semana, hasta la jovencita líder del grupo de jóvenes y el antipático hijo del pastor llegan a ser muy cercanos a la realidad compleja que viven los adolescentes hoy en día.
Con todo esto, el valor del director Brian Braugh’s para mostrar la vida adolescente tal cual es se queda corto en algunas partes aunque el el trabajo de los libretistas la hace una película fluida, definitivamente no es la clase de lineas pegajosas que se quedan en la mente de los muchachos para usarlas como frases de moda. La selección de temas musicales que acompañan la cinta pudo haber sido mejor pensada.
Aun así la historia brilla por encima de los defectos superficiales. Para el momento en el que la película esta finalizando, el consumo de alcohol, el sexo ilícito, chicos que se cortan, soledad, abandono y ese tanque de tiburones que es la escena social en la escuela secundaria, han sido confrontados de una forma autentica. De esta forma parece probarse al menos por una vez que una película cristianano necesariamente debe terminar de una forma simplista con una lección moralista. Mas que de la historia de como un joven malo se convierte en bueno, la trama esta cubierta por las capas de las situaciones sociales de los adolescentes que se ven forzados a batallar con como actúan, juzgan y como creen por ellos mismos.
La gran pregunta que surge no se trata de si es una película digna de ver, porque realmente lo es y muy recomendada. No será la mejor película del año, pero si envuelve en una historia relevante a la juventud actual. El problema mayor esta en si puede llegar a alcanzar y atraer el público al que esta mayormente dirigida o que necesita alcanzar.
En resumidas cuentas no solamente es una película digna de ver y apoyar, pero que de seguro va a marcar una nueva pauta en en la industria y el arte del cine tal vez de la manera en la que bandas como P.O.D y Switchfoot lo hicieron a comienzos del 2003 demostrándole al público general que algunos medios generados por cristianos son dignos de tenerse en cuenta seriamente.
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